Puedes tener un bebé sano Y un parto traumático.
El parto es uno de los momentos más importantes en la vida de una mujer. Sin embargo, aunque el resultado sea un bebé sano, muchas madres sienten que su parto fue traumático. ¿Te ha pasado? No estás sola. Más del 45% de las madres primerizas describen su experiencia como traumática, y sus sentimientos son completamente válidos.
Un Bebé Sano No Borra Un Parto Traumático
Es fácil escuchar comentarios como «Lo importante es que el bebé esté bien«. Pero esta afirmación puede minimizar lo que una madre vivió durante el parto. Aunque el bienestar del bebé es, por supuesto, una prioridad, el bienestar emocional y físico de la madre también lo es. El parto traumático no siempre significa que hubo una emergencia grave; puede ser un solo momento en el que no se respetó tu experiencia, tu autonomía o tus decisiones.
Un ejemplo frecuente es la episiotomía realizada sin consentimiento informado o sin una necesidad médica clara. Estos momentos pueden tener un impacto duradero en la forma en que las madres perciben su experiencia de parto y en cómo se enfrentan a su vida posterior al nacimiento.
La Importancia de Respetar a la Madre Durante el Parto
El parto no solo es la llegada del bebé. Es una experiencia transformadora para la madre, un momento en el que su cuerpo y mente trabajan en sintonía con su hijo para traerlo al mundo. ¿Qué ocurre si esta experiencia no es respetada? Puede dejar cicatrices emocionales que afecten no solo el periodo posparto, sino también futuras experiencias de parto y la forma en que la madre se relaciona consigo misma y con su entorno.
Un parto respetado es aquel en el que se escucha a la madre, se le da el control sobre su cuerpo y sus decisiones, y se respeta su autonomía. Esto incluye recibir un consentimiento informado, entender todas las opciones disponibles y sentirse apoyada en todo momento.
Consejos para Evitar un Parto Traumático
Afortunadamente, hay maneras de prepararse para minimizar la posibilidad de tener un parto traumático. Aquí algunos consejos clave:
- Contrata a una doula y/o comadrona: Tener una doula o comadrona o un profesional de salud que apoye tus decisiones puede hacer una gran diferencia. Te ayudará a defender tu autonomía durante el parto. Si vives en Barcelona, ¡conozco doulas y comadronas que te puedo recomendar! Aquí te dejo enlaces a 2 super comadronas que conozco: Krishinda y Mahault
- Toma un curso de preparación para el parto: Evita los cursos estándar del hospital que a menudo no cubren todas las opciones. Busca un curso completo que te ofrezca una visión amplia de cómo puede ser tu parto. También te recomiendo el libro “Bebés bien ajustados” de Jennifer Floreani.
- Escribe tu plan de parto: Entre las semanas 25 y 28 de embarazo, redacta tus preferencias de parto y habla con tu médico. Si sientes que tu médico no respeta tus decisiones, busca uno nuevo. Haz copias de tu plan de parto y asegúrate de que tu pareja también lo conozca para que pueda abogar por ti y por el bebé si es necesario.
- Prepara tu cuerpo y mente: No vayas al parto sin preparación. Nadie se preocupará tanto por tu experiencia como tú misma, así que infórmate y prepara tanto tu mente como tu cuerpo. Un quiropráctico especializado en embarazo puede ayudarte a cuidar tu columna, pelvis y sistema nervioso para que llegues al parto en óptimas condiciones. Si vives en Barcelona, ¡contáctame para más información!
El Impacto de un Parto Traumático en el Posparto
Un parto traumático no solo afecta a la madre en el momento del nacimiento, sino que puede tener repercusiones en su vida diaria, su relación con su pareja y su próxima experiencia de parto. Las madres que han vivido una experiencia traumática necesitan apoyo emocional, comprensión y a veces incluso ayuda profesional para superar el impacto de esos momentos.
Recuerda, tu experiencia de parto importa. No se trata solo de tener un bebé sano; se trata de honrar el camino que has recorrido para traer a tu hijo al mundo.